La vida de Sixto Seguil está ligada a la tradición familiar del burilado. En efecto, aprendió desde muy pequeño el arte de burilar mates de su madre doña Apolonia Dorregaray quien a su vez aprendió de su padre y quien fue en 1995, distinguida como Gran Maestra de la Artesanía Peruana. Sixto ha ganado desde muy joven numerosos reconocimientos otorgados por la Casa de la Cultura y el Concejo Municipal de Huancayo, posteriormente fue distinguido en la Primera y en la Segunda Bienal Nacional de Artesanía realizadas en 1967 y 1969 representativamente. A partir de entonces ha expuesto en importantes instituciones de la capital como el extranjero. Hoy, Sixto está orgulloso de su progenitora y vela por su recuerdo, ella sigue siendo la fuente motivadora para realizar sus creaciones. Junto a su esposa Juana y sus hijas trabaja incansablemente, conservando e innovando los temas cochasinos y en general los del valle del Mantaro.
